El día de tu boda tienes que lucir perfecto. Tienes que ser el novio perfecto. Vale. Nada es perfecto, pero la idea es acercarse lo más posible a ello, evitando cometer algunos errores (nada complicado, todo sencillo) y contribuir a que sea un día, también, perfecto.
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¿Qué tienes que hacer para ser un novio perfecto? Seguro que tu chica está al tanto de todos los detalles, pero tú deberás cuidarlos igualmente. En cuanto al traje, ya os he venido contando que hay muchas posibilidades, según sea el estilo de la boda, pero si quieres acertar, si tu boda es, digamos, “clásica”, sería un error que no apostaras por el negro, el gris o el azul marino. Los colores claros pueden quedar muy bonitos si la boda es playera, o muy informal, pero ser un verdadero desastre si no es el caso. Antes de innovar y fallar, es mejor asegurar.
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Otro error es llevar la camisa más oscura que el traje. Si vas a ser un novio perfecto, éste será más oscuro que la camisa. Muy importante también es la talla del traje. No debe ser ni muy ancho ni ir muy ajustado. Para eso están las pruebas y las tomas de medidas, los arreglos previos… Tanto para mangas como para la pernera. No te pases de largo ni de corto. Por supuesto, las camisas de manga corta con traje están prohibidísimas. Y de largos también hablamos cuando nos referimos a la corbata: ésta deberá llegar a la altura de la hebilla del cinturón. Lleva el traje bien planchado y los zapatos, impolutos. Jamás, jamás jamás te pongas calcetines blancos. Jamás.
Más errores que deberás evitar para ser el novio (casi) perfecto: no llegues tarde, no llegues atolondrado, dormido, resacoso (¿a quién se le ocurriría hacer una despedida de soltero el día antes de la boda?), no te afeites esa misma mañana justo antes de irte a la boda y, sobre todo, no dejes de sonreír durante todo el día. Así seguro que serás un novio perfecto.
